El acontecimiento televisivo de (lo que llevamos del) siglo XXI: vuelve El Coche Fantástico. Parece que la nueva serie va a seguir los cánones de la antigua: el coche chulísimo y todo lo demás fatal.

La elección del Mustang 500 no ha sentado bién entre los tradicionalistas de los foros de automoción que pedían un Trans Am, pero tienen que admitir que el coche es espectacular, porque además este Mustang es el que más se parece al original en muchos años.

La voz del Knight Industries Three Thousand es la de Val Kilmer, un lujazo que no se si se prolongará más allá del episodio piloto. En el interior destaca el volante de cuernos y el sintetizador de voz está mucho más currado, mostrando la huella frecuencial y unos renders bién propios de todo el presupuesto de FX de una película ochentera.

Luego, pfffff. El hijo de MaikelNai es incluso más blando que su padre: en la primera escena lo meten en la cama con dos tiarronas para que no haya malentendidos. Y si ese tio estuvo en los Marines, ahora se comprende que los "Village People" también estuviesen In the Navy.

El argumentillo del piloto es el de la corporación malvada que quiere apoderarse de la tecnología de KITT para desestabilizar paises y sacar pingües beneficios de una guerra. Con la típica persecución a través de varios estados. Pero un piloto debería ser algo que te enganche, con garra, como el de Galactica ó el de Perdidos.

Pero eso no es lo peor: vale que no puedes poner a Frankenheimer a dirigir todas las persecuciones que se ruedan, pero una serie con un Mustang de gran cubicaje necesita a alguien hábil tras la cámara, y en la persecución el capitulo pincha. He tenido atascos más emocionantes en la carretera de Vallvidrera.

Pero no todo iba a ser soso: como guinda final, la aparición de The Hoff como Maikel Nai viejuno, con la cara estirada como una folklórica. Hermoso paralelismo, teniendo en cuenta que en la serie original MK había pasado por cirugía estética para que no le reconociesen.

Por supuesto que me iré bajando los capítulos, pero no va a ser una serie que espere con ilusión cada semana porque ya no tengo trece años y en mi habitación ya no hay el poster de un Lamborghini Countach. Hay el de un Masserati Bora.