Vale, me direis: "que c#ñ#z# de blog, que sólo habla de hurones y de coches!", pero no es culpa mia si me he estado tres semanas de baja y mi vida se ha vuelto tan aburrida como la de un berberecho.

Aquí teneis una nueva entrega de lo que llamaremos "la crisis del hurón", o al menos espero que sea el mismo hurón, porque si no quiere decir que (sin caer en alarmismos propios del QUE!) hay una plaga de hurones sediciosos en Barcelona.

El propietario ha estado recapacitando y ha visto que lo del collar rojo no era suficiente: un collar puede perderse. Cómo identificar su hurón de entre los cientos que puede haber perdidos en General Mitre? Qué lleva su hurón de lo que no puede desprenderse facilmente? Pués su feminidad. Conmigo lo llevan claro, por mucho que grite, por mucho que llore, no pienso inspeccionar los bajos de ningún hurón errante. ´nuff said!

Yo me esfuerzo por escribir cosas graciosas que se me ocurren. Ahora mismo estaba dándole vueltas a un post sobre el maravilloso mundo de las barritas energéticas (que son como lo que se come Luke Skywalker en El Imperio Contraataca aunque Luke no las compra de la marca Hacendado) e intentaba un haiku sobre la via intravenosa ("via intravenosa" ya se lleva el verso de siete, así que tengo que descartar "portal para el calmante").

Pués eso, que me esfuerzo un montón y va entonces la Realidad y me gana por goleada. Disculpad la calidad de la foto, era de noche y la tiré con el móvil:

Mi primera sensación fue un poco de estar en un sketch de Monty Python. La segunda fue de inquietud: ¿los hurones muerden? Pero con suerte igual se come a los ratones y a partir de ahora ya no tengo que chutar roedores fuera de mi portal. No hay hurón que por bien no venga.