domingo, febrero 15, 2004
The Dummie Goes Snowboarding
Welcome to Jackass. I´m Carlesh Flotats and this is... "My First Snowboarding Day"
Desde que vendí el BMW mi alma de muñeco de crash test languidecía. Al rescate de mi devoción acudieron tres compañeros de ultramar que me han enseñado un poco de snowboard.
El snowboard es como una amante cruel, una chica fácil que te hace disfrutar pero que te pega palizas gansas, te revuelca sin piedad por el suelo, te mete nieve por sitios que creías impermeables... y te cobra por ello. Además es la típica chica que vive a dos horas y media de casa.
La curva de aprendizaje se resume en:
- Auch.
- Auch!!!
- Ah, pues ya le voy cogiendo el tranquillo... AUCH!
- Mira, toda una pista sin caerme... AUCH!
- ... ahora que es llano y llevo algo de velocidad, cambio al borde frontal y AUCH!... a dónde han ido a parar las gafas?
-...AUCH... ... ... que alguien llame al helicóptero del RACC
El snowboard es la manera correcta de moverse por la nieve: movimientos simples y elegantes, mucho menos artificioso que los esquís. Cuando las cosas van bien te sientes el rey de la pista y te vienen canciones de los Beach Boys ó ZZ Top a la cabeza. Entonces te la pegas y te vienen estrellas, campanas ó pajaritos a la cabeza. Estas caídas "efecto bola de nieve" son de lo más cómico cuando las ves desde el telesilla. Cuando las sufres en tus propias carnes te quedas stunned un par de asaltos y... qué caramba, aquí tumbado en la nieve se está la mar de bien, mejor me quedo unos minutos más, cómo mínimo hasta que deje de oír ese zumbido.
Toda la elegancia que tienes deslizándote en el snowboard cuesta abajo la pierdes al tener que moverte en llano ó subida. Tienes básicamente dos opciones: ó no te sueltas de la tabla y andas cómo los soldaditos de Toy Story (que también es super cómico) ó te sueltas un pie y medio cojeas, medio patinas, que tiene menos glamour, pero qué caramba, a todo el mundo se le caen los mocos esquiando y eso tampoco tiene glamour.
Al fin y al cabo: una experiencia muy positiva. Pienso repetir (-Carlos, tu no vienes aquí por la nieve, no?- ). Los buenos ratos persisten y el dolor se te pasa, ó eso espero, porque hay un montón de cosas que se me han caído al suelo y que no pienso agacharme a recoger hasta que deje de dolerme.
Vuestro aquejado
Carlesh
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