jueves, agosto 18, 2005
The Gin-Ya NEWSGRAM
Tras mil kilómetros con el Mazda toca un poco de instrospección y análisis. En la parte buena está que cada vez que tomo una curva se me escapa la risa de malo: "BWAH-HAH-HA!". Un paso más allá están las curvas en las que patina el eje trasero. Esas llevan complemento: punto de taquicardia y doble de sudor frio.
Luego está el motor. Tiene un comportamiento muy civilizado entre las 2.000 y las 3.000 rpm. Por encima de las 3.000 rpm entra en modo sicópata, en perfecta sintonía con la parte reptil de mi cerebro: We two are one.
En la parte negativa... pfff. Me he dado cuenta de que en conducción extrema el chásis tiene mucha torsión, tal como se puede ver en este video. Vaya! Ahora que vuelvo a ver el video, también me da la risa de malo. Qué cosas.
The Dummie, rides again.
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