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Yo, Fan con Nata

En Barcelona, a 31 de Julio de 2004 y en pleno ataque de vacaciones.

Observo primero con sorpresa, luego con cierto temor y finalmente con un pánico irracional que han estrenado una adaptación de “Yo, robot”. Protagonizada por Will Smith, aka El Príncipe de Bel Air.

Lejos de mi el criticar las adaptaciones porque no se parecen a los libros originales: el cine y la literatura son dos medios perfectamente distintos y lo que funciona en uno no tiene por qué ser valido para el otro. Pocos son los casos de novelas perfectamente cinematográficas como “El silencio de los corderos”. Pero es que precisamente “Yo, robot”... jopelines.

Aun no he visto la peli. Ni la veré. “Yo, robot” es una recopilación de cuentos sobre robots de Asimov. Las protagonistas de cuento a cuento son Las Tres Leyes de la Robótica que van hardcoded en todas las máquinas y que no pueden ser desobodecidas:

1. Ningún robot causará daño a un ser humano o permitirá con su inacción, que algun ser humano sufra algún mal.

2. Todo robot obedecerá las órdenes recibidas de los seres humanos, excepto cuando esas órdenes puedan entrar en contradicción con la primera ley.

3. Todo robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando esta protección no entre en contradicción con la primera o la segunda ley.

Cada uno de los cuentos es el caso de un robot que aparentemente desobedece este hermoso terceto al encontrarse en una fisura de lo que parece una lógica inquebrantable. Y ahora viene mi punto: todo esto es demasiado sutil para una peli de acción de hoy en dia. Ultimamente los argumentos tienen mas agujeros que un colador tiroteado: los personajes actúan porque sí, saben cosas que no debieran o de pura casualidad se presentan en el conveniente meollo. No es que la peli no se vaya a parecer al libro, es que es imposible que ni siquiera el espiritu del libro esté en la peli. “Yo, robot” podría haber sido adaptada muy bellamente por la BBC de hace veinte años. Y quizá por Tim Burton, pero no estoy tan seguro.

En fin, que no se diga que critico sin ofrecer alternativas: si alguien siente el gusano de ir a ver la peli por la friolera de seis euros seis, puede ir a la libreria Gigamesh (frente a Arco de Triumfo), comprar “Yo, robot” en algún resto de edición por cuatro euros y gastarse los dos restantes en cafeses en el Laie, que tiene aire acondicionado y un ambiente lo bastante tranquilo como para leer.

Abrazos positrónicos

Carlesh

[ A gentleman is a person who always thanks his robot.
- Isaac Asimov ]